Daniel Ortega presidente de Nicaragua. talcualdigital.com
La ola
de protestas comenzó el pasado 18 de abril debido a una decisión del presidente
Sandinista Daniel Ortega. Que ordenaba por decreto presidencial a el Instituto Nicaragüense
del Seguro Social (INSS) aumentar en un 5% la retención de los jubilados. Es decir,
las contribuciones de trabajadores y empresarios.
Las
protestas y el descontento no se hicieron esperar cubriendo las calles de toda
la nación caribeña. Esto en contra del paquete de impuestos tomado por el presidente
Ortega. Los manifestantes fueron atacados por miembros de la Juventud
Sandinista y simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación (FSNL). Esto
generó fuertes choques, heridos y un gran número de detenidos.
Lo que
inició como una decisión de rutina en torno a las pensiones, pronto se tiño de
sangre y violencia que se le salió de las manos a el gobierno nacional.
Obligando a el presidente Daniel Ortega el 22 de abril dar marcha atrás a su
decisión. Sin embargo, la violencia desde esa fecha se ha recrudecido y el número
de muertes ha aumentado día tras día.
En
esta lucha de David contra Goliat los estudiantes de la Universidad Politécnica
de Nicaragua (UPOLI) han jugado un papel importante. Con protestas pacíficas
que en la mayoría de las veces han recibido golpes e incluso algunos han perdido
la vida en choques contra el Ejército y la Policía.
Para
el 17 de mayo representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
que llegaron a Nicaragua contabilizan 76 muertos,868 heridos y 438 detenidos.
Las graves denuncias de organismos
internacionales motivaron a los manifestantes a organizar “La madre de todas
las marchas” en homenaje a el mes de las madres el 31 de mayo. Esta movilización tuvo la
cobertura de todos los medios internacionales apostados en Nicaragua, pero no
fue suficiente para flexibilizar la represión de Ortega en contra de los
manifestantes.
Con el
pasar de los días nadie se salva de la violencia ni la propia Iglesia. El pasado
lunes 9 de julio la violencia escaló a puntos insospechados cuando un grupo de
encapuchados pro-Ortega atacaron con golpes a un grupo de sacerdotes de la ciudad
de Diriamba al oeste de Nicaragua. También hirieron al obispo auxiliar de la
Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez critico del gobierno Ortega y
Monseñor Miguel Mantica.
Esto
como una muestra más de los gobiernos dictatoriales de izquierda que existen en
la región todos usan la violencia y la represión. Ayudados de encapuchados y
motorizados para mantenerse en el poder, lo que ha colmado la paciencia de los nicaragüenses.
Tanto así
que desde ya exigen la renuncia de Daniel Ortega tras 11 años en el poder y dos
periodos presidenciales. Acusándolo de abuso del poder y corrupción ya que este
Sandinista de 72 años tiene a su esposa como vicepresidenta y otros familiares
en altos cargos del gobierno en una clara muestra de nepotismo.
Además,
de los más de 212 muertos, 1337 heridos y 507 detenidos arbitrariamente según
la CIDH que la administración de Daniel Ortega carga a sus espaldas muchos de
ellos menores de edad.
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