Monseñor Óscar Arnulfo Romero Aciprensa
Tras
38 años de su asesinato un 24 de marzo de 1980, finalmente Monseñor Óscar Romero fue elevado a los altares de la iglesia católica este domingo en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Con la presencia de más de 70 mil personas.
5 mil de ellas viajaron desde El Salvador para esta importante ceremonia.
Después
de años de investigación, muchas piedras en el camino y un largo viaje.
Monseñor Romero logró ser elevado a la categoría de Santo al ser canonizado y
comprobado uno de sus milagros. Cecilia Flórez, una mujer salvadoreña pidió la intercesión
de Romero quien la curó de una grave enfermedad llamada Hellp. Esta enfermedad
baja los niveles en el conteo de plaquetas en la sangre y quien la padece no
tiene cura.
Pero
allí radica la intervención divina de Romero, quien la salvo de la muerte. Y
tras ser evaluado este milagro por el Vaticano como requisito para su canonización.
Fue la prueba reina para que hoy sea llamado “San Romero de América”.
Todo
lo que rodea a Monseñor Romero tiene un halo divino. Tras su asesinato mientras
oficiaba una eucaristía en su parroquia se convirtió para los salvadoreños en
un santo y un mártir. Pues, durante la guerra civil en El Salvador entre (1980-1992).
Monseñor Óscar Romero fue la voz de los sin voz, el que hablaba por los pobres.
Sus eucaristías
durante estos años de guerra y represión en su país eran escuchadas por radio.
Por millones de personas en ciudades y campos. Su muerte fue dolorosa para sus
simpatizantes y creyentes, ese 24 de marzo de 1980, cayó ensangrentado sobre el
altar de su parroquia victima de la bala de un francotirador que le disparó en
el corazón. Por los denominados “Escuadrones de la muerte”, Monseñor
Romero tenía 62 años.
Según
La Comisión de la verdad de las Naciones Unidas de 1986. Instaurada por el
entonces presidente de El Salvador José Napoleón Duarte. Las personas
responsables de la muerte de Romero fueron miembros del Ejercito salvadoreño.
Creadores de los “Escuadrones de la
muerte” grupos paramilitares que en la década de 1970 y 80’s asesinaron y
desaparecieron cientos de personas. Que según ellos tenían relaciones con los
Comunistas y que intervenían en la guerra civil salvadoreña.
ExMayor del Ejército del Salvador Roberto D`aubuisson. últimahora.sv
El
autor intelectual de este horrible hecho presuntamente fue el Mayor del Ejército
Roberto D`aubuisson, el Capitán del Ejército Álvaro Saravia hombre de confianza
de D`aubuisson, quien organizo el asesinato del Monseñor Romero y quien años más
tarde crearía el partido político de derecha Alianza Republicana Nacionalista
(ARENA) aún vigente en el país.
De
otra parte, también se sabe que el conductor personal del Capitán Saravia, Amado
Garay era la persona que estaba tras el volante del vehículo rojo que
transportaba el francotirador que finalmente cegó la vida de Monseñor óscar
Arnulfo Romero, el 24 de marzo de 1980.
El 20 de febrero de 1992, a los 48 años de edad falleció el Mayor Roberto D`aubuisson, víctima de cáncer de garganta sin admitir o pagar por su posible participación en la muerte del religioso.
El 20 de febrero de 1992, a los 48 años de edad falleció el Mayor Roberto D`aubuisson, víctima de cáncer de garganta sin admitir o pagar por su posible participación en la muerte del religioso.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero, un día antes de
su asesinato pronuncio la último de sus homilías. Exigiendo el fin de la represión
del Ejército: “En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos
suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, ¡les
ordeno! En nombre de Dios, ¡cese la represión! Enfureciendo a los
lideres y militares de El Salvador.
Tras
su muerte Romero se convirtió en un icono de la izquierda sudamericana.
Frecuentemente comparado con Martin Luther King Jr. Y Gandhi. Aunque, el solo quería
cuidar de sus ovejas como un buen pastor. Casi sin quererlo se convirtió en ese
icono.
Talvez,
por esa razón el Vaticano tardo tanto tiempo en canonizarlo y quizás también por
esa misma razón su propia Iglesia lo abandonó y lo dejó a su suerte en medio de
esos tiempos tan tumultuosos como el mismo decía.
Tiempos
en los que el solo quería denunciar la violación a los Derechos Humanos en su
país. Ganándose algunos enemigos en el proceso y perdiendo algunos de sus más
cercanos amigos durante la guerra civil de El Salvador.
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