Haití lucha contra los apagones ante la imposibilidad de tener petróleo venezolano.

Policias custodian estacion de combustible en Haití/ Foto Agencia EFE , Jean Marc Herve Abelard


La crisis económica y política que atraviesa Venezuela también cruza fronteras. El primer socio en sufrir los efectos de la falta de petróleo, sumado a las sanciones económicas ha trastocado a la pobre Haití. Durante la época de auge del régimen “Chavista” Haití recibía diariamente cerca de 60 mil barriles de petróleo.   

A cambio Haití votaba favorablemente a Venezuela ante Estados Unidos en los diferentes foros regionales como la OEA. En contraprestación el crudo venezolano era pagado a su benefactor a un 1% de interés, fomentando en teoría el desarrollo económico del país haitiano.

Este aparente buen trato fue cambiando con el tiempo. En la medida que Venezuela bajó su producción de petróleo y recibió sanciones económicas de los Estados Unidos, Venezuela dejo de enviar el petróleo que su socio tanto necesita.

Este inesperado recorte del suministro ha llevado a cortes en el fluido eléctrico interno de Haití. Esto explicaría en parte las protestas que sus habitantes provocaron a principios de año en contra del gobierno nacional. Acusándolo de corrupción en el programa Petrocaribe, aduciendo que no invirtieron el dinero suficiente en infraestructura.

Desde principios de año gran parte de la población de Haití solo tiene servicio de electricidad tres horas al día. Como es lógico han incrementado el número de robos armados tanto a personas como a viviendas. Las gasolineras permanecen vacías y los hospitales cruzan los dedos pues sólo dependen de los generadores para funcionar.

Esto se traduce en una investigación realizada por el Senado de ese país que encontró que cerca de 2.000 millones de dólares en beneficios del programa Petrocaribe simplemente desaparecieron o fueron robados.

Por otra parte, la oficina de Monetización de programas de ayuda al Desarrollo de Haití (BMPAD) por sus siglas en inglés encontró que: ante la apremiante necesidad de comprar crudo en los mercados internacionales a un precio mayor al ofrecido por Venezuela. La entidad en mención se ha quedado sin recursos dejando de entregar el combustible para el buen funcionamiento de las estaciones eléctricas.

De este modo Haití ve un futuro muy oscuro para la frágil economía del país, que podría desencadenar en una fuerte recesión como las que ya vive su otrora benefactor venezolano.










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