8 días de protestas en Colombia: civiles y policías heridos, caos y descontento general

Marcha en las calles de Bogotá, Foto de Guillermo Torres  Reina 

El descontento de un país se hizo sentir en las calles. Colombia y su capital Bogotá fueron el epicentro de los primeros días de marchas y protestas debido a la “Reforma Tributaria” impulsada por el presidente de la nación, Iván Duque para recaudar 23.4 billones de pesos, unos 6.256 millones de dólares.

Las marchas se convocaron desde el pasado 28 de abril. Impulsadas por los sindicatos de trabajadores, agremiaciones y estudiantes. Quienes estaban en contra de la reforma en tiempos de coronavirus y donde la economía se desaceleró debido a la perdida de empleos. Justamente la clase media-baja seria la que llevaría sobre sus hombros el pago de impuestos, IVA para los alimentos de la canasta familiar e impuesto como Retención en la fuente de los salarios superiores a US$600 dólares.  

Durante el fin de semana pasado el caos, el vandalismo y los robos a establecimientos marcaron la pauta en la ciudad de Cali. Con el caer de la noche en esta ciudad el choque entre manifestantes y el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía termino en desmanes con disparos de armas de fuego. Provenientes de ambos lados de la protesta, resultando en muertes de civiles y policías heridos.

Casa Editorial EL TIEMPO y Canal CityTv

Dado el terrible panorama para el país, el presidente de la Republica, Iván Duque reconsidero su posición y en una alocución al medio-día del domingo 2 de mayo, el día después de las congregaciones por el Dia del Trabajo. Retiró momentáneamente la controvertida Reforma Tributaria a la espera de un nuevo paquete económico.

Para el día lunes el descontento de los jóvenes marchantes continuaba en todo el país. Tanto así, que el presidente Duque citó a los medios de comunicación a la Casa de Nariño, el Palacio Presidencial. Dado el descontento, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla daba un paso al costado y renunciaba a su cargo. La mente detrás de la reforma Tributaria se despedía de su cargo.

Aun con estas noticias el pueblo en las calles continuaba mostrando su descontento. El desabastecimiento de unos pocos días se agravó cuando el gremio de los Transportadores de carga  se sumó a la protesta nacional.

Carreteras y vías cerradas enfrentamientos entre policía y manifestantes. Todo en tiempos de pandemia en una manifestación sostenida y ampliada. Denuncias de violación de derechos humanos, por parte de los civiles en Cali y Bogotá. Hackeo de varias paginas web del gobierno nacional como: Ejercito Nacional, Presidencia de la Republica, Senado de la Republica y Policía Nacional.

Lo peor se vivió este martes en la capital Bogotá, en una noche fría y lluviosa solamente interrumpida por el sonido lejano de las ambulancias y unas voces a lo lejos de los manifestantes que se extendieron hasta altas horas de la noche.

En el sur de la ciudad manifestantes quemaron varios CAI (Comandos de Atención Inmediata) de la policía. Ubicados en todos los barrios de Bogotá y de Colombia. Estas son unas unidades más pequeñas que una estación de policía.

El peor caso se presentó en el CAI Aurora ubicado al sur de Bogotá. Allí, se congregaron más de 200 manifestantes, quienes lanzaron objetos incendiarios que explotaron en el interior cuando cerca de 10 policías estaban dentro del CAI.

Vía La Fm Radio Bogotá 

Los policías sin utilizar la fuerza salieron de esta instalación, siendo atacados físicamente por los manifestantes. Algunos policías recibieron quemaduras de segundo y tercer grado.

Este mismo patrón de ataque se presentó en varios barrios de Bogotá. Más de 100 policías heridos que tuvieron que ser trasladados en helicóptero hasta un hospital cercano. Debido a que las principales avenidas de la ciudad estaban colapsadas por los manifestantes. Usando el helicóptero Halcón de la policía que en otras circunstancias solo sobrevuela la ciudad para vigilar desde el aire.

Esta vez, fue el ángel salvador de policías y civiles que fueron auxiliados en una ciudad convulsionada por la protesta frenética. Los días pasan y el presidente Iván Duque ha llamado al dialogo, sin éxito. Su liderazgo y control del país están en entredicho, mientras llega el día de la reunión entre las partes pactado para el 10 de mayo.

Seguirán muriendo civiles y policías en un circulo vicioso. Mientras, los convocantes al paro nacional siguen sus vidas tranquilas desde sus casas. El gobierno nacional poco o nada hace para evitar el derramamiento de sangre, en una manifestación que ha ido perdiendo legitimidad, que no representa a todos debido a la violencia y la anarquía. En una semana de marchas y manifestaciones que inicio como un descontento general.

 

 

 


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