El
lugar del evento fue en la unicameral Asamblea Nacional de Quito. Recibiendo la
juramentación y la banda presidencial de manos de Guadalupe Llori, presidenta
de la Asamblea y primera mujer indígena en ostentar dicho cargo.
Lasso,
quien venció en segunda vuelta al correísmo en las urnas. Recibió muchos
invitados a su posesión, algunos cancelaron por problemas internos como es el
caso de Colombia y otros por calamidad domestica como es el caso de Uruguay.
Guillermo
Lasso, exbanquero de 65 años recibe unas finanzas golpeadas por sus
antecesores. Un sistema de salud languideciente debido a la pandemia del
coronavirus ocupando el séptimo lugar de contagiados en el mundo. Un índice de
desempleo cercano al 60%.
En su
discurso afirmó que:” Nuestros gobernantes nos han fallado, no han sabido
estar a la altura de la gente. Este nuevo siglo de republicanismo que estamos a
punto de arrancar termina la era de los caudillos.”
En las
últimas horas Lasso ha asignado a Simón Cueva para ejercer el cargo de ministro
de Economía y Finanzas. Quien tendrá la titánica tarea de pagar deudas y tratar
de enfrentar los problemas financieros de la nación.
En
cuanto al sistema de salud, el nuevo mandatario prometió vacunar a 9 millones
de ecuatorianos en sus primeros 100 días de gobierno. Contando con la ayuda de países
más desarrollados como los Estados Unidos para la adquisición de las vacunas.
Guillermo
Lasso tiene una tarea difícil, pero no imposible. Sumado al descontento que se
ha reflejado en varios países latinoamericanos con sus dirigentes como:
Colombia, Chile y el mismo Ecuador en 2019. Lasso, espera escuchar al pueblo,
unir, ayudar y tener un gobierno más participativo.
Fortalecer
la diplomacia con países hermanos estrechar y fortalecer relaciones también hace
parte de la nueva tarea. Son muchas aristas con las que un mandatario debe enfrentarse
al asumir su nuevo cargo. Sumado a los problemas de salud como es la pandemia
global. Que ha golpeado a todos los países del mundo.
A
partir de ahora el nuevo presidente de Ecuador tendrá 4 años para lograr que su
mandato sea aprobado o rechazado por el pueblo. Para que sea recordado como un líder
o vivir la pesadilla por el reclamo de los ecuatorianos en las calles. Solo el
tiempo lo dirá.
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