Mientras,
la vida trata de volver a su estado inicial antes de la pandemia, en algunos países
se relajan las restricciones y el uso del cubrebocas. La reactivación económica
y social donde todos abarrotan calles y comercios ha generado una nueva variante
de un enemigo invisible, el coronavirus.
Se
ha descubierto esta vez en Sudáfrica, la noticia fue publicada por el propio
ministro de salud de este país, Joe Phaahala. Esta nueva variante se ha dado sobre
todo en jóvenes de Gauteng una provincia cercana a dos ciudades importantes de Sudáfrica,
Pretoria la ciudad capital y Johannesburgo.
En
primera instancia se le dio un número para ser identificada la variante
B.1.1.529, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este viernes que
la nueva mutación tendrá el nombre de Ómicron sin nombrar el país de
procedensencia si no por la décimo quinta letra del alfabeto griego.
Este
nuevo dolor de cabeza para los doctores y epidemiólogos también ha sido detectado
en Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel. De inmediato la noticia ha afectado
los mercados bursátiles en Europa y ya se habla de el endurecimiento en los
controles migratorios y prohibición de vuelos en algunos países como Estados
Unidos de vuelos procedentes de este país.
Algunos
se preguntan porqué se genera esta nueva variante, otros creen que Sudáfrica
necesita ayuda para obtener vacunas para sus habitantes. Según la OMS en Sudáfrica
solo el 24% de la población se ha vacunado completamente. Vacunas no necesita
pues cuenta con biológicos suficientes el gran problema es que las personas no
se quieren vacunar y eso ayuda al virus para atacar a los no vacunados y mutar
en el proceso.
Debido a esto en el pasado mes de diciembre allí mismo en Sudáfrica se detectó la variante Beta que aún está en el país. Ahora, los científicos deben de nuevo realizar todas las investigaciones y análisis para detectar si esta nueva variante es inmune a las vacunas que actualmente están en el mercado o no.
Este
es un nuevo ejemplo de que la vacunación y el uso de tapabocas es la única salida
en el corto plazo para tener al coronavirus a raya. Las vacunas bajan la
intensidad del ataque del virus, así como el índice de hospitalización y
muerte.
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