La información se extendió la noche del jueves, cuando Corea
del norte anunció el primer caso conocido púbicamente de covid-19 en territorio
norcoreano. Al parecer, se trataría de la variante ómicron una de las más frecuentes
y de fácil contagio en el mundo.
Siendo la primera vez que este país anuncia al mundo un caso
del mortal virus. Casi de inmediato el máximo líder de los norcoreanos, Kim Jong
Un ordeno una reunión de emergencia, de la que dio como resultado un
confinamiento nacional.
Además, se decretó la emergencia pública, ordenando a las
empresas e instalaciones del gobierno; operar en un entorno aislado para trata
de bloquear la propagación del virus.
El mismo Kim Jum Un afirmó que: “Más que el virus, son
los temores no científicos, la falta de fe y de voluntad”, y añadió
que “el Estado saldrá victorioso de la “súbita situación actual”
gracias a su poderosa capacidad organizativa.
Pero eso mismo no piensa la Organización Mundial de la Salud (OMS)
quien señalo que la mayoría de la población no ha sido vacunada. Es más, Corea
del Norte no ha anunciado públicamente una campaña masiva de vacunación.
Sumado a que la OMS no ha recibido formalmente información sobre
el primer caso de coronavirus. Aunque, extraoficialmente se sabe que los
habitantes de la capital Pyongyang están confinados por la detección de un caso
desde el pasado 8 de mayo, posiblemente por la variante Ómicron BA.2.
Paradójicamente, mientras occidente paulatinamente va dejando
las fuertes restricciones, el uso del cubrebocas y las largas filas para
recibir las vacunas. Corea del Norte apenas empieza a convivir con el virus.
Tanto así, que su presidente apareció en rueda de prensa televisada usando un cubrebocas.
Dos años y medio han pasado desde que se detectó el primer
caso de coronavirus en el mundo. Ahora, los norcoreanos tendrá que vivir con la
zozobra de enfrentar a un virus, que no se puede ver, ni tocar. Al que la única
cura posible es la vacunación, misma que su líder ha rechazado.
Tanto de las provenientes del programa Covax, como de sus
vecinos China, Rusia e incluso la ONU. Soló el tiempo dirá que podrá pasar con
los cerca de 26 millones de norcoreanos que ahora enfrentan la pandemia.
Las libertades en un país tan cerrado ideológicamente y territorialmente
dificultaran las posibilidades de tener noticias en el futuro. A menos, que sea
tan fuerte la expansión del virus, que sea difícil ocultarlo.
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