Este
lunes en la provincia de Alberta, Canadá en la comunidad Maskwacis el papa
Francisco ha honrado su promesa. Al ofrecer disculpas a las comunidades indígenas
o “First Nations,” por el terrible papel que la Iglesia Católica tuvo desde
1881 hasta 1997. En las escuelas e internados donde fueron abusados los niños indígenas.
Quienes
fueron separados de sus familias y obligados a asumir una cultura y un idioma diferente
al de sus costumbres. En un peregrinaje de penitencia como lo ha calificado el
santo papa, inicia un largo viaje que inició en Roma, Italia y se extenderá por
seis días en Canadá.
El primer y ansiado paso fue el perdón y la reconciliación: “Llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes, y por ustedes (...) Lo siento. Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también con su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”. Fueron las palabras del papa, Francisco de 85 años.
Las
palabras llegan tarde, sin embargo, los lideres indígenas habían pedido por
años las disculpas del máximo líder de la iglesia católica. Tras sufrir durante
décadas abusos sexuales y la casi extinción de su cultura, creencias e idioma.
Todo
inicio en 2021 cuando fueron descubiertas cientos de tumbas sin marcas en los
viejos terrenos de las escuelas residenciales. En las provincias de Columbia Británica,
Saskatchewan y Quebec. Más de 4.000 niños murieron por negligencia y malos
tratos a lo largo de los años.
Denuncias,
criticas e indignación fueron la constante durante varios meses. En marzo de
este año una delegación de indígenas canadienses viajó al Vaticano para
reunirse directamente con el papa, Francisco. Hablaron de sus sufrimientos, dolor
y olvido que han sufrido. Así, como la necesidad de un viaje papal para pedir
disculpas en su propio territorio.
Y así
fue, aún con los quebrantos de salud del Santo papa, él ha cumplido. Ni el dolor
en unas de sus rodillas lo hizo cancelar este importante viaje. En silla de
ruedas, sin hablar inglés, pero con la decisión de la importancia de la reconciliación
el representante de Dios en la tierra ha pedido perdón.
Este
no será el único evento multitudinario y de gran importancia. Este martes se
espera una Eucaristía en el estadio Commonwealth de Edmonton ante 65.000
personas. El miércoles lo espera la provincia francófona de Quebec y el viernes
visitara Iqaluit (Nunavut).
De esta forma se convertirá en el segundo papa en visitar Canadá, después de Juan Pablo II, quien lo hizo dos veces en 1980 y 2002. Pero que en su momento no tuvo la trascendía que hoy tiene la visita de Francisco para Canadá y las comunidades indígenas.
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