La
madrugada del 24 de febrero tanques, aviones, helicópteros y tropas rusas
cruzaron la frontera de Ucrania. Sirenas en las principales ciudades rompían el
silencio de la noche, recordando eventos como la Segunda Guerra Mundial. El
mundo posó sus ojos en un país casi que desconocido, siguiendo el día a día de una
guerra que parecía desigual.
El
dictador ruso, Vladimir Putin creía que la invasión tomaría sólo unos días.
Lejos de suceder esto, ya han transcurrido 6 meses de furiosa resistencia ucraniana.
Con bajas civiles y militares en ambos bandos. El detonar de bombas, misiles, artillería,
aviones atacando civiles, carreteras llenas de tanques rusos oxidados, violación
de Derechos Humanos y destrucción de calles, edificios y millones de desplazados
por la guerra.
Las autoridades de la capital ucraniana han prohibido las
concentraciones multitudinarias hasta el jueves por temor a que la fiesta nacional
de Independencia pueda provocar ataques de misiles rusos especialmente
intensos. El presidente Volodimir Zelenskyy pidió a la población que esté
alerta.
Y
es que este miércoles se celebra la Independencia de Ucrania tras la separación
de los rusos el 24 de agosto de 19991. 31 años desde la caída de Unión Soviética
y tres décadas de autonomía y libertad. Que Rusia ha querido quebrantar y que
curiosamente coinciden con 6 meses de la invasión a Ucrania, el pasado 24 de
febrero.
Mientras la guerra alcanza 182 días, no hay indicios de que
vaya a tener un final rápido. El secretario general la OTAN, Jens Stoltenberg,
la describió el martes como “una guerra de desgaste”. Rusia
controla ahora grandes zonas del este y el sur del país, pero sus avances son
muy lentos. Ni Kiev ni Moscú han revelado cuántos combatientes han perdido en
los seis primeros meses del conflicto.
Pero, Ucrania no esta sola, el mundo libre de Occidente continúa
enviando ayuda de armas y comida a este golpeado país por la guerra. Tanto, que
el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden celebró el
miércoles el Día de la Independencia de Ucrania con un nuevo paquete de
asistencia en materia de seguridad de unos 3.000 millones de dólares en ayuda
militar para Kiev en su guerra con Rusia.
Con los nervios de punta las tropas ucranianas han aguardado
en las trincheras y carreteras el accionar ruso. Mismo, que llegó hasta el
final de la tarde con un bombardeo a una estación ferroviaria en el centro de
Ucrania. Que de momento ha dejado 22 muertos y más de 50 heridos.
Un misil impactó en uno de los vagones de la estación Chaplino
ubicada en la provincia de Dniepropetrovsk. Aunque, las tropas ucranianas estaban
advertidas de un ataque ruso, nunca se sabe de dónde vendrá la lluvia de misiles
o artillería.
Lo único cierto es que la guerra continuará por un tiempo sin
determinar. El conflicto esta en una etapa de estancamiento en la que ninguno
de los dos ejércitos tiene una ventaja clara o un avance seguro. Podría ser una
nueva guerra que se extienda en el tiempo.
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