La primera ministra de Nueva
Zelanda, Jacinda Ardern, quien se convirtió en un ícono mundial como social demócrata
y dio catedra con un nuevo estilo de liderazgo, anunció el jueves, miércoles en
la noche de Latinoamérica que dejará el cargo.
Con solo 37 años cuando se
convirtió en líder, Ardern fue elogiada en todo el mundo por la forma como
manejó el peor tiroteo masivo de la historia del país y el coronavirus. Criticada,
pero, también aplaudida mostró al mundo como liderar un país, como enfrentar grandes
dificultades, toma de decisiones, ser carismática y a la vez firme.
En una rueda de prensa
sorpresiva en Wellington, Nueva Zelanda anunció que daría un paso al costado,
dejando su cargo el 7 de febrero. "Ya no tengo suficiente (gasolina)
en el tanque", dijo una emocionada Ardern al hacer pública su
próxima renuncia.
La primera ministra de 42
años, explicó que en sus casi 6 años "desafiantes" en el cargo le
habían pasado factura y no se ve con fuerzas para presentarse a las elecciones
generales que se celebrarán en octubre en su país. Mismas que serian su tercer
mandato en el cargo.
Increíblemente llegó al cargo
en el año 2017 cuando tenia 37 años, en 2020 fue reelegida para un segundo
mandato y con el apoyo total de los neozelandeses. Siendo un ejemplo a seguir
entre las mujeres y los hombres también.
En 2018, Ardern se convirtió
en la segunda líder mundial en dar a luz mientras ocupaba el cargo. Más tarde
ese año, llevó a su pequeña hija a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
En marzo de 2019, enfrentó uno
de los días más oscuros en la historia de Nueva Zelanda cuando un supremacista
blanco irrumpió en dos mezquitas en Christchurch y asesinó a 51 fieles. Semanas
después, Ardern aprobó nuevas leyes que prohibieran los tipos más letales de
armas semiautomáticas.
Ardern fue elogiada a nivel
mundial por la respuesta inicial a la pandemia que logró impedir durante meses
que el virus ingresara al país. Pero se vio obligada a abandonar esa estrategia
de tolerancia cero a medida que se propagaban variantes más contagiosas y con
la llegada de las vacunas.
Ardern y su gobierno también
enfrentaron críticas de sus contradictores, por ejemplo, que era grande en
ideas, pero carente de ejecución. A los partidarios les preocupaba que no
hubiera alcanzado los logros prometidos en temas como vivienda y la reducción
de la pobreza infantil, mientras que los opositores dijeron que no se estaba
enfocando lo suficiente en el crimen y la economía.
Todo país desarrollado o no
tiene sus retos, en todos los países existen los críticos y seguidores en 6
años, la primera ministra, Jacinda Ardern logró capotear cada dificultad, cada escollo
con profesionalismo.
Pero, también esto conllevó gran
responsabilidad y tiempo. “Soy humana, los políticos son humanos. Damos
todo lo que podemos durante el tiempo que podamos. Y entonces es el momento. Y
para mí, es el momento”, Afirmó durante la conferencia de prensa.
“He dado todo de mí
para ser primera ministra, pero también me ha costado mucho. No puedo ni debo
hacer el trabajo a menos que tenga el depósito lleno más un poco de reserva
para esos desafíos no planificados e inesperados que inevitablemente se
presentan”, indicó la primera ministra neozelandesa.
Según sus propias palabras
tuvo todo el verano para pensar con tiempo esta importante decisión. Contó
siempre con el apoyo de su familia y aunque la apoyaron para que siguiera en el
cargo, ella prefirió pasar más tiempo con su esposo e hija.
Ante esta decisión, el partido
de la primera ministra deberá elegir este domingo 22 de enero al
nuevo líder del Partido Laborista y al nuevo primer ministro. Mientras
tanto, la persona elegida deberá gobernar hasta el 14 de octubre,
cuando se celebren las elecciones generales, según información recogida por el
diario The Telegraph.
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