El presidente de
El Salvador, Nayib Bukele, presentó el Centro
de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una cárcel que
describen las autoridades como la más grande de Latinoamérica, la cual
está dedicada a la reclusión de integrantes de pandillas, a los que se les
atribuyen la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.
Este penal tiene
una capacidad para alojar a más de 40.000 reclusos. Según el director de
Centros Penales, Osiris Luna, quien dirigió el recorrido junto al mandatario
salvadoreño, la megacárcel albergará a miembros de pandillas de "alto
rango", así como "toda persona que esté en una estructura
terrorista".
El penal tiene,
además de pabellones para confinamiento de reos, un edificio de custodios,
control de acceso con escáner de cuerpo completo y escáner para paquetes.
Dentro y fuera de
las instalaciones, más de 600 soldados y 250 policías apoyarán las tareas de
seguridad ante cualquier posible disturbio. Es de resaltar que la megacárcel
fue construida en una zona rural aislada en un valle cercano a Tecoluca, 74
kilómetros al sureste de San Salvador, y fue inspeccionada por el propio presidente Bukele.
La prisión posee un muro
exterior de unos 2,1 kilómetros con celdas de concreto reforzado en su interior
y gruesos barrotes de hierro. Construido
para controlar la sobrepoblación de las pandillas en el Salvador, conocidas localmente
como “maras”.
Una de las particularidades de
la cárcel será que los presos realizarán todos los procesos, incluyendo los
trámites judiciales, dentro de la cárcel, de tal manera que no saldrán en
ningún momento de las instalaciones.
En el mismo espacio está la
sala de audiencias y todo lo concerniente a los espacios necesarios para llevar
a cabo los trámites judiciales.
El propósito es mantener
siempre el control de los detenidos, evitando que salgan de las instalaciones.
De esta manera el presidente de El Salvador, Nayib Bukele cumple con su promesa
de campaña.
Durante la presentación del
centro penitenciario Bukele señalo que: “antes
tenían a los pandilleros con prostitutas, con play station, con drogas, con
teléfonos, con computadoras y a los soldados y custodios, los tenían durmiendo
en el suelo. Todo al revés”.
Esta es solo una
muestra de la mano dura con la que el presidente salvadoreño combate la
violencia y las pandillas. Tanto que durante su administración se ha creado el régimen
de excepción que permite la captura de pandilleros, restringiendo también la libre
movilidad de los pandilleros, prohibición de uso de armas blancas y de fuego etc.,
lo que ayudado a que la tasa de homicidios baje a nivel cero.
Por otra parte, la
organización Human Rights Watch (HRW) denunció que en las
cárceles salvadoreñas hay un “hacinamiento extremo” como consecuencia de las
detenciones de sospechosos sin orden judicial.
Pero esto no va a
hacer que el presidente Bukele de su brazo a torcer en la lucha contra la criminalidad.
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