La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua disuelve la Cruz Roja e incauta sus bienes.

Fachada de la Cruz Roja de Nicaragua. [Foto Miguel Bravo, VOA]

Esté miércoles el gobierno dictatorial de Daniel Ortega en Nicaragua y con el aval de la Asamblea Nacional, ha tomado la Cruz Roja nicaragüense.  La Asamblea de corte oficialista aprobó con un total de 91 votos a favor y 0 en contra, la petición de “derogación” del decreto que dio luz a la Cruz Roja Nicaragüense y autorizó la organización “bajo un modelo cristiano, socialista y solidario”, que es el eslogan de la administración de Ortega.

En primera instancia se ha acusada a la Organización internacional de incumplir las Leyes de regulación y control de organismos internacionales. Además, se le acusa a la Cruz Roja de haber ayudado a los manifestantes durante las protestas antigubernamentales de 2018.

Mismas, en las que la policía por ordenes del presidente Ortega reprimió a los manifestantes. En los que fallecieron 448 personas, se presentaron cerca de 2,.830 manifestantes heridos y desaparecieron cerca de 718 personas.

De acuerdo a esto, el régimen dispuso el traspaso de la Cruz Roja a la cartera de Salud, remitiéndose a la Ley General de Salud -Ley 423- y asegurando que la entidad dispone de competencias normativas y capacidades técnicas suficientes para tomar el mando de la “nueva Cruz Roja Nicaragüense, así como todas sus bienes y acciones, que ahora pasaran al estado.

El principal argumento del Partido sandinista es que la Cruz Roja Nicaragüense se rige por los “principios fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, entre los que se incluyen humanidad, imparcialidad y neutralidad”.

Por tanto, el régimen alega que la asociación de Nicaragua “actuó contra esos principios” en 2018, el año de las masivas protestas sociales contra la pareja presidencial. En ese entonces, la organización humanitaria se volcó a las calles a curar y a atender a los miles de heridos que dejó la represión policial y paramilitar.

En lo que va de 2023, las autoridades sandinistas y él mismo Daniel Ortega ya han intervenido 20 ONG y hasta medios de comunicación, siempre alegando irregularidades en sus registros. En tanto, desde 2018, ya son al menos 3.400 las ONG disueltas en el país y, por consecuencia, más de 3,4 millones las personas que han quedado desatendidas por la falta de asistencia.

Daniel Ortega y Rosario Murillo,  archivo, EUROPA PRESS/CONTACTO/XIN YUEWEI

Sumado a los contradictores de la familia Ortega- Murillo que han tenido que abandonar el país. Debido a la persecución política, otros han ido a parar a la cárcel y los que han contado con mejor “suerte”, han sido expulsados del país y perdido la ciudadanía y bienes en Nicaragua.

Y es que en Nicaragua la oposición, entidades sin ánimo de lucro, las ONG y hasta la Iglesia católica han sido perseguidas. Cada día Daniel Ortega se muestra como un dictador y no como un demócrata.

 

 

 

 

 


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