Continua
la guerra entre rusos y ucranianos, estos últimos han denunciado el ataque nocturno
en Odessa. En una lluvia de misiles rusos sobre la histórica ciudad que ha
dejado un muerto y 22 heridos.
Además, daños en 25 monumentos arquitectónicos del centro
histórico de la ciudad, considerados patrimonio mundial de la UNESCO, entre
ellos la Catedral de la Transfiguración, restaurada en 2007.
La misma fue construida en el año 1794, destruida años más
tarde por Josep Stalin en 1936; reconstruida en la Ucrania independiente y ahora
devastada por ordenes del dictador, Vladimir Putin.
En tanto, Rusia ha culpado del ataque a la catedral a la
defensa aérea de los ucranianos. Por su parte, el gobernador regional, Oleh
Kiper, dijo que 14 personas, incluidos cuatro niños, fueron trasladadas al
hospital el domingo después de las explosiones, que también destruyeron seis
edificios residenciales.
El daño es tan colosal como la propia catedral. Las grietas a
lo largo de sus paredes representan la tensión bajo la que se encuentra Odesa
después de una semana de constantes ataques aéreos.
Odesa es el puerto más grande de Ucrania y, según los
términos del acuerdo, se han enviado millones de toneladas de grano desde sus
muelles.
El acuerdo, negociado por Turquía y la ONU, entre Rusia y
Ucrania se cerró en julio de 2022 y permitió que los buques de carga navegaran
a lo largo de un corredor en el Mar Negro.
Ucrania acusó a Rusia de apuntar a los suministros de granos
y la infraestructura vital para el acuerdo. Esto después de que Rusia se
retirará el pasado lunes del acuerdo que permite a Ucrania exportar granos de
manera segura sobre el Mar Negro.
Quizás, este ataque se deba además del acuerdo de granos a la
amenazada del presidente ruso, Vladimir Putin. Quien prometió tomar represalias
contra Kiev por un ataque el lunes contra el crucial Puente de Kerch que
conecta Rusia con la Península de Crimea, que el Kremlin se anexionó de forma
ilegal en 2014.
Esta sigue siendo una guerra entre invasores e invadidos; de
ofensivas y contraofensivas en las que las victimas son los ciudadanos, los animales,
la infraestructura vital y hasta los monumentos de vieja data.
El futuro es incierto y no se puede saber quién será el
ultimo hombre en pie al final de esta guerra. Sí, es que algún día llega ha haber
un final.
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