Brasil
afronta una de las inundaciones más fuertes de los últimos años. Los cambios climáticos
han ocasionado fuertes lluvias. Que ha cobrado la vida de 76 personas y 103
desaparecidos; además, 80.673 personas tuvieron que abandonar sus hogares y
buscar alojamiento en refugios.
El
estado de Río Grande do Sul, cuya capital es Porto Alegre, es de lejos el más afectado.
Donde 155 personas han resultado heridas debido a los daños producidos por las incesantes
lluvias. Las inundaciones han causado gran devastación, vías
intransitables y puentes colapsados en todo el estado. Las compañías reportaron
cortes de electricidad y de comunicaciones.
Debido a que El río Guaiba
ascendió a un récord de 5,33 metros este domingo a las 8 de la mañana,
superando el cauce que registró en las inundaciones de 1941, de 4,76 metros.
Por otra parte, el presidente
brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sobrevoló por segunda vez el domingo a Río
Grande do Sul, acompañado del ministro de Defensa, José Múcio, el ministro de Hacienda,
Fernando Haddad y la ministra del Medio Ambiente, Marina Silva, entre otros miembros
de su gabinete.
El líder brasileño inspeccionó los daños en las calles anegadas de Porto Alegre desde un helicóptero.
“Tenemos que dejar de correr detrás de los desastres. Tenemos que anticipar qué calamidades pueden ocurrir y tenemos que trabajar”, dijo Lula a los periodistas después del sobrevolar la zona.
En tanto, las escenas de gente
en los tejados esperando socorro, de pequeños barcos y canoas surcando ríos
sobre calles y avenidas, o de camionetas 4x4 ayudando en cruces imposibles se
repiten una y otra vez.
Ahora, la preocupación es
por el abastecimiento de víveres y la continuidad de la cadena productiva en
este estado agropecuario, quinto PIB de Brasil y uno de los más pujantes del
país.
Con una población de once millones
de personas, y 115 municipios, el mayor problema que enfrentan es restablecer
los servicios básicos cuanto antes. Sumado a la dificultad de desbloquear 61
carreteras, que tienen inundaciones o árboles caídos, que dificultad la movilidad.
El tiempo corre y las dificultades
no dan espera. Ya que al menos cuatro represas del estado están en situación de
emergencia. Debido al inminente riesgo de rompimiento, que agravia aún más las
anegaciones.
Aunado a que el aeropuerto
internacional de Porto Alegre fue cerrado por tiempo indeterminado. Es decir
que prácticamente los habitantes del estado de Río Grande do sul, están
viviendo en una isla rodeada de agua lluvia.
Esto ha obligado a declarar el
estado de emergencia. Pues, el gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo
Leite, advirtió que la capital del estado, Porto Alegre, con más de
1.300.000 personas, corre el riesgo de sufrir la mayor inundación de su
historia por el rápido ascenso de las aguas del Lago Guaíba, a las afueras de
la ciudad.
Mientras, el mundo observa las crudas imágenes, contiene la respiración. Debido a que tras la fuerte ola de calor vienen las inundaciones producidas por el fenómeno de “La Niña”, y cualquier región o país podría ser el siguiente. Y hasta el momento ninguna nación por grande que sea está preparada para una emergencia de estas proporciones.
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