Renuncia la directora del Servicio Secreto tras las fallas de seguridad en el atentado contra Donald Trump

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, testifica ante una audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes el 22 de julio de 2024, en Washington. / Reuters

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, anunció su renuncia un día después de asumir la responsabilidad por las fallas de seguridad durante el intento de asesinato contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump.

La dimisión se dio en la mañana de este martes, tan solo 24 horas después de que se enfrentara a un control político en Washington. Donde tuvo que responder preguntas de legisladores Republicanos y Demócratas en los que la intervención de la directora, Cheatle no fue convincente frente al comité de la Cámara de Representantes.

En el interrogatorio, Cheatle, de 53 años, defendió el trabajo de los agentes, pero también reconoció que el atentado fue "el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas".

El presidente, Joe Biden, agradeció a Cheatle "por sus décadas de servicio público" en un comunicado. "Como líder, se necesita honor, coraje y una integridad increíble para asumir la responsabilidad total de una organización encargada de uno de los trabajos más desafiantes en el servicio público", indicó el mandatario

Cheatle asumió el cargo en septiembre de 2022 y con 27 años de trayectoria en el Servicio Secreto era la encargada de la protección de presidentes, expresidentes y sus familias.  Siendo la primera mujer en el cargo, llegó a esta oficina para limpiar la imagen del Servicio Secreto, tras varios escándalos.

Entre ellos está la vulneración de la seguridad de sus protegidos en el año 2012. Cuando diez agentes fueron despedidos por haber llevado mujeres, incluidas prostitutas, a sus habitaciones de hotel antes de un viaje oficial del entonces presidente Barack Obama a Cartagena, Colombia.

Además de los problemas de comportamiento, el Servicio Secreto también enfrentó serias acusaciones relacionadas con la gestión de información crítica. Tras el ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.

Cuando la agencia fue acusada de haber borrado mensajes de texto de esa época. Estos mensajes eran buscados por un comité del Congreso que investigaba el motín, lo que generó sospechas sobre una posible obstrucción a la justicia y puso en entredicho la transparencia y responsabilidad de la agencia.

Aunque, la directora Kimberly Cheatle inició bien su trabajo. La falta de presupuesto y hombres para cumplir su trabajo marcaron su destino el pasado 13 de junio. Cuando Thomas Matthew Crooks, de 20 años, disparó un rifle contra la humanidad del expresidente, Trump. Ubicado en un tejado a tan solo 130 metros de distancia de la tarima principal en una zona rural de Pensilvania durante un mitin político, rodeado de agentes del Servicio Secreto y policías locales.

El atacante fue abatido poco después por un francotirador. En la audiencia de ayer, Cheatle no ofreció ninguna información nueva sobre cómo Crooks pudo acceder al tejado desde donde perpetró el ataque.

Una bala rozó la oreja del expresidente, quien apareció varias veces en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee la semana siguiente con un vendaje.

"La administración Biden/Harris no me protegió adecuadamente y me vi obligado a recibir una bala por la democracia", publicó Trump en su plataforma de redes sociales en respuesta a la noticia de la renuncia de Cheatle.

Debido a esto, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció la designación como nuevo director interino del Servicio Secreto a Ronald L. Rowe Jr quien oficiaba como subdirector de la agencia desde abril de 2023.

 

 

 

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