En un ataque aéreo desplegado el
pasado viernes, por las Fuerzas de Defensa de Israel, en Beirut, capital del Líbano,
ha sido eliminado el máximo líder de Hezbolá. Hechos que tenían como objetivo
cuatro edificios donde funcionaban las oficinas centrales del grupo Hezbolá.
El mismo grupo extremista habría
confirmado la muerte de Hassan Nasrallah en la tarde del sábado. “Su
Eminencia, el Maestro de la Resistencia, el justo siervo, ha fallecido para
estar con su Señor”, dijo el grupo armado chiita libanés en un
comunicado.
La muerte del secretario
general de Hezbolá se produjo tras una serie de ataques aéreos que el ejército
israelí lanzó en Beirut y los cuales tenían como objetivo acabar con Nasrallah
y con otros comandantes de la organización respaldada por Irán.
“El mensaje es muy
claro: Sabemos que podemos llegarle a quienquiera que amenace a los
ciudadanos israelíes en el norte, sur, o más allá”, declaró jefe del
Estado Mayor de las FDI, teniente general Herzi Halevi, en un video.
Al parecer, este duro golpe
para el enemigo de Israel se debió a una larga labor de inteligencia.
Encabezada por un grupo conocido como Unidad 8200 que se encarga de
monitorear e interceptar las comunicaciones de Hezbolá y otros grupos extremistas.
Apoyados de drones, aviones y satélites
en todo el Líbano. Esto le permite documentar incluso los cambios más sutiles
en la infraestructura del grupo, como la construcción de nuevos almacenes
de armas o el desplazamiento de fuerzas hacia el sur del país.
Esta tecnología y el engranaje
entre distintas fuerzas armadas de Israel permitió dar de baja a Nasrallah. Así,
como otros altos líderes de Hezbolá, que estaban reunidos en un búnker, recibiendo
la lluvia de 80 bombas en cuestión de segundos.
Nasrallah, dirigió el grupo
insurgente durante más de tres décadas, es, con diferencia, el objetivo de más
nivel abatido por las fuerzas israelíes desde la intensificación de los
combates con Hezbolá.
Según el Ministerio de Salud
libanés, seis personas fallecieron y otras 91 resultaron heridas en los ataques
del viernes en Beirut, que arrasaron seis edificios de apartamentos. Ali Karki,
comandante del Frente Sur de Hezbolá, y otros altos cargos militares del grupo
murieron también en el incidente, apuntó el ejército israelí.
Por otra parte, el grupo
insurgente palestino Hamás transmitió sus condolencias a su aliado libanés en
un comunicado. Nasrallah solía describir el lanzamiento de cohetes hacia el
norte de Israel como un “frente de apoyo” a Hamás y a los palestinos en Gaza.
A las que se sumó otro aliado,
el líder iraní Jamenei aseguró, por su parte, que la “muerte de Nasrallah
será vengada y que su camino en la lucha contra Israel será seguido por otros
militantes”.
La muerte de Nasrallah es el
golpe más grande en quince días de ofensiva israelí contra Hezbolá, que
comenzó con un ataque mortal mediante la detonación miles de dispositivos de
comunicaciones utilizados por sus miembros.
Radios y beepers o busca
personas fueron el abre bocas del azote de las fuerzas israelíes en territorio libanés.
Generando miedo y zozobra en los militantes de Hezbolá, quienes no tienen líneas
seguras de comunicación desde hace dos semanas. Ya que más de 4500 dispositivos
de comunicación fueron infiltrados y cargados con explosivos.
Israel se ha comprometido a
aumentar la presión sobre el grupo insurgente libanés hasta que ponga fin a sus
acciones, que han desplazado a decenas de miles de israelíes de comunidades
próximas a la frontera.
Los recientes ataques han forzado a más de
200.000 libaneses a abandonar sus hogares en la última semana, según Naciones
Unidas.
Comentarios
Publicar un comentario