El Pentágono confirmó este miércoles
que había aceptado formalmente el avión de lujo que Catar regaló al presidente
de Estados Unidos, Donald Trump. Mismo que se ha convertido en la manzana de la
discordia entre legisladores demócratas y republicanos.
Ya que, según una norma de los
Estados Unidos, ningún presidente en funciones podrá recibir regalos de un rey,
príncipe o gobierno extranjero.
En tanto, el portavoz del
Departamento de Defensa, Sean Parnell dijo que, tras la consideración del
secretario Pete Hegseth, el Boeing 747-8 fue incorporado a
su flota «en línea con todas las leyes y regulaciones federales”,
precisando que el obsequio no se realizó de manera directa al mandatario, sino
que primero pasará por las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y solo
luego será entregado a la biblioteca presidencial.»
Este cambio del gobierno a las
manos del presidente Trump solo pasará en el año 2029. Una vez entregue su
cargo en la oficina Oval. Mientras tanto, será usado por el gobierno Trump como
avión presidencial.
El Boeing 747-8 que Doha cedió
a la Casa Blanca es considerado un “palacio volador” y sería
-probablemente- el regalo más caro jamás recibido por el Gobierno de Estados
Unidos, avaluado en cerca de US$400 millones de dólares.
Sin embargo, desde un primer
momento, Trump tomó distancia de los cuestionamientos y aseguró que se trata
de un “regalo” de carácter temporal que iría al Departamento de
Defensa y que funcionaría como sustituto de un modelo existente, de hace cuatro
décadas.
Esto también genera críticas
por el comportamiento de la ética del presidente Trump. Ya que, según expertos,
nadie ofrece un regalo de este valor, sin esperar nada a cambio, y más si se
trata de un país extranjero.
«Primero hay que
recordar quién es Catar. Tiene un largo historial de jugar a dos bandas. Apoyan
a Hamás. Apoyaron a Al Qaeda.
De hecho, Catar ha financiado protestas a favor de Hamás en campus
universitarios por todo Estados Unidos",
advirtió Mike Pence, quien fuera vicepresidente de Trump durante su
primer mandato, pero que se ha distanciado de él.
Otro legislador, el demócrata
Jack Reed, ha advertido sobre el peligro que representaría que una nación
extranjera tenga acceso potencial a «sistemas y comunicaciones sensibles».
Puesto que varios legisladores
afirman que este avión podría tener micrófonos ocultos u otro tipo de
artefactos. Para interceptar las comunicaciones del presidente y sus asesores.
A estas críticas se suma la
senadora demócrata,Tammy Duckworth por Illinois, quien señalo que: «Lejos
de ahorrar dinero, esta acción inconstitucional no solo costará la dignidad de
nuestra nación, sino que obligará a los contribuyentes a malgastar más de mil
millones de dólares para reacondicionar este avión en particular cuando
actualmente tenemos no uno, sino dos aviones Air Force One completamente
operativos y en plena capacidad».
Trump, que ha asegurado que el
regalo no es para él, sino para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, se ha
mostrado molesto por las demoras de Boeing en terminar dos aviones encargados
por él en su primer mandato para sustituir el Air Force One.
«Podría ser un estúpido
y decir: 'No, no queremos un avión gratis y carísimo». Pero
me pareció un gran gesto", declaró durante una conferencia de prensa en
la Casa Blanca.
Por su parte, el primer
ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahmán, asegura que «se trata de una
gestión entre los despachos de Defensa de los dos países, “algo normal que
ocurre entre aliados».
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