Tras 48 horas de haber
afirmado que «En Cuba no hay mendigos», la ministra del Trabajo,
Marta Elena Feitó presentó su carta de renuncia. Negar la pobreza en una isla comunista donde
la escasez se puede ver a la vuelta de la esquina, le costo el puesto a la ministra
Feitó.
Y es que todo empeoró cuando quiso
aclarar sus declaraciones. «Hay gente que se hace pasar por mendigo para
ganar dinero fácil», había dicho Feitó ante la Asamblea Nacional del
Poder Popular el lunes.
«Hemos visto personas
que aparentan ser mendigos, pero cuando usted les mira las manos, cuando usted
les mira las ropas que llevan esas personas, están disfrazadas de mendigos, no
son mendigos», agregó.
Estas declaraciones se
viralizaron obligándola a dar un paso al costado. Sumado a que el presidente cubano,
Miguel Díaz-Canel le llamó la atención en público.
Sin mencionar su nombre directamente,
pero refiriéndose a la reunión del comité parlamentario donde participó Feitó,
Díaz-Canel publicó en su cuenta de X:«"La falta de sensibilidad al
abordar la vulnerabilidad es altamente cuestionable. La Revolución no puede
dejar a nadie atrás; ese es nuestro lema, nuestra responsabilidad militante».
La decisión del mandatario cubano de
desmarcarse públicamente de su subalterna es un hecho poco frecuente y
contrasta con otras salidas recientes de altos funcionarios, como las de los
titulares de Economía, Alejandro Gil y Ricardo Cabrisas, las cuales simplemente
fueron presentadas como liberaciones "de sus responsabilidades", sin
dar detalles de sus remociones.
A la crítica del presidente de
la isla se sumaron las de intelectuales, economistas y miembros del partido de
gobierno en redes sociales.
Aun más, las criticas enfatizan
que Feitó, de 64 años es una ingeniera en Economía y Organización de la Industria
de la Construcción. Quien estuvo al frente de la certera de Trabajo desde 2019.
Además, Feitó tiene un Máster
en Sistemas de Gestión y Dirección de Seguridad Social y es miembro del Comité
Central del Partido Comunista. Su intervención en la Asamblea Nacional del
Poder Popular (ANPP) resonó con fuerza en los cubanos, hastiados de la profunda
desconexión entre los gobernantes y el pueblo desde hace más de seis décadas.
Y es que la crisis
generalizada ha llevado a gran parte de los cubanos a optar por el camino del
exilio, dejando un saldo poblacional de casi dos millones de personas desde el
año 2022.
Aunque hoy pueden verse en Cuba personas de
todas las edades en situación de calle o mendicidad, lo cierto es que son los
adultos mayores quienes más padecen el peso de la ausencia de sus familiares,
de los altos costos de los productos y de las bajas pensiones.
Según cifras oficiales, más
del 39% de los jubilados y pensionados cubanos -casi 3 millones de personas-
ganan un mínimo de 1.528 pesos, menos de cinco dólares mensuales.
Datos suministrados por el
propio ministerio del Trabajo, liderado hasta hace unas horas por Marta Elena
Feitó. En el que se resalta que la mayoría de las personas en situación de
mendicidad son menores de 60 años, sin hogar o domicilio permanente.
La crisis económica en
Cuba ha incrementado la vulnerabilidad social y ha dado lugar a escenas
inusuales en la isla, como personas (especialmente ancianos) pidiendo
limosna, hurgando en la basura o limpiando parabrisas en las
esquinas.
La ministra del Trabajo también
señalo en sus declaraciones que: Las personas que limpian parabrisas usan el dinero «para beber
alcohol». Feitó también arremetió contra quienes rebuscan en los
basureros, asegurando que lo hacen para «revender materiales sin pagar
impuestos».
Hasta hace pocos años, a pesar
de la pobreza, no
había señales de mendicidad o indigencia en la isla ,gracias a beneficios sociales que ahora se han reducido drásticamente.
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