Este domingo llegó a las costas del mar Caribe, muy cerca de Venezuela, un gigante, una ciudad flotante, el portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford. Una demostración
de poderío de parte de una de las grandes superpotencias del mundo: Estados Unidos.
La
orden vino de voz del mismo presidente estadounidense, Donald Trump. En la que
insiste es una operación antidroga contra los carteles de la droga en el Caribe
y también en el Pacífico. Que también se le considera una táctica de presión
contra el dictador venezolano, Nicolás Maduro.
Ya
que, desde
principios de septiembre, los ataques estadounidenses han matado a al
menos 80 personas en 20 ataques contra pequeñas embarcaciones
acusadas de transportar drogas en el Caribe y el océano Pacífico oriental.
El portaaviones acompañará a
la Unidad Expedicionaria 22 a bordo del USS Iwo Jima, como parte de la
operación militar Southern Spear (Lanza del sur), que está
relacionada con la lucha de Washington contra el narcotráfico originado en
Latinoamérica y que se presenta en un momento marcado por la creciente presión
del Gobierno de Donald Trump sobre Venezuela.
El USS Gerald R. Ford es el
portaaviones más grande del mundo, con capacidad para 4.500 tripulantes y 70
aviones, y es considerado por la Marina de Estados Unidos como la “plataforma
de combate más capaz, versátil y letal del mundo”.
El Gerald R. Ford, que mide
más de 335 metros de largo y funciona con energía nuclear, cuenta con un
sistema pionero de catapulta de aviones para el despegue electromagnético,
radares avanzados y reactores nucleares, que alimentan ininterrumpidamente los
motores del navío.
Prueba de ello es que este
mismo domingo el Comando Sur de los Estados Unidos confirma que el pasado sábado
15 de noviembre se realizó una operación contra narcolanchas en el Pacífico.
Bajo las órdenes del secretario
de Guerra, Pete Hegseth, se ordenó un bombardeo en el que tres supuestos
narcoterroristas fueron dados de baja. Debido a que se tenía información de que la
lancha transportaba estupefacientes.
El Comando Sur confirmó que «tres
narcoterroristas varones a bordo del buque murieron». El buque traficaba
estupefacientes en el Pacífico Oriental y fue atacado en aguas internacionales».
Esto refuerza la necesidad de que
el portaaviones Ford refuerce las operaciones en la zona. Bajo el nombre clave “Lanza del Sur”. Con un total de 12.000 soldados, 12 buques de la Armada,
aviones, helicópteros y drones.
«El despliegue del
equipo de ataque del USS Gerald R. Ford representa un paso crítico en reforzar
nuestra solución de proteger la seguridad del hemisferio occidental y la del
territorio americano», afirmó el jefe del Comando Sur de
Estados Unidos, el almirante Alvin Holsey.
Por otra parte, el secretario
de Estado, Marco Rubio, ha dicho que Estados Unidos no reconoce a Maduro
―ampliamente acusado de robar las elecciones del año pasado― como líder
legítimo de Venezuela. Rubio ha calificado al Gobierno venezolano de «organización
de transbordo” que coopera abiertamente con los narcotraficantes».
Mientras, Nicolás Maduro, que
enfrenta cargos de narcoterrorismo y por quien Estados Unidos tiene activa una
recompensa de US$50 millones de dólares. Afirma que «el Gobierno
estadounidense está “fabricando” una guerra contra él». Anunció
recientemente una movilización “masiva” de tropas y civiles para defenderse de
posibles ataques estadounidenses.
La administración Trump ha
insistido en que «el aumento de buques de guerra se centra en detener el
flujo de drogas hacia Estados Unidos», pero no ha presentado pruebas
que respalden sus afirmaciones de que los fallecidos en los barcos eran "narcoterroristas".
Trump ha indicado que la
acción militar se ampliaría más allá de los ataques por mar, afirmando que
Estados Unidos «detendría la entrada de drogas por tierra».
Lo único cierto es que, ya sea
por mar o por tierra, Estados Unidos continuará su ofensiva contra el narcotráfico.
Además de presionar una posible salida del poder del presidente venezolano,
Nicolás Maduro. La última decisión la tiene Trump.
Comentarios
Publicar un comentario